En principio bosquejé un conjunto de 50 microficciones, pero pocos días después de comenzar a trabajar entendí que sería muchísimo mejor redondear la jugada:
99 cuentos de 99 palabras cada uno.
Claro que, después de redactarlos y completar los primeros protocolos de corrección (fases 03 y 04) había que (oh, cielos...) ordenarlos, cosa que me llevó toda una mañana, previa ingesta (regado con jugo de naranja grande) de uno de los famosos bocadillos-de-tortilla-con-todo del bar Don Juan:
Puedo/creo poder decir que los cuentos (llámense microficciones, si se quiere) están en el orden "adecuado", según este esquema que todo lector comprenderá a primera vista:
Y, se preguntarán ustedes, ¿de qué va TRANQUILO EN LAS MONTAÑAS DE RUSIA? De meteoritos, de platillos volantes, una monja incorrupta, un topo explorador, un elefante multimillonario apodado Bacteria, y muchas-muchas-muchas cosas más.
Seguiremos informando.